lunes, 27 de octubre de 2014

Semana 37 TALLER LA MÁSCARA



La evolución de las máscaras y su aporte social

              
Imagen 1 Comedia, tragedia


Todos los que alguna vez pudimos llevar una máscara, sabemos la impunidad que produce el hecho de “que no se me vea” sin darnos cuenta del juego de doble exposición que hay.
Las máscaras, en cualquiera de sus formas, por el contrario de ocultar la esencia del individuo, la dejan al descubierto. Se escapa por grietas por donde consciente o inconscientemente circula la expresión de los sentimientos más ocultos y más íntimos. Fenómeno que explica Stanislavky:
“La caracterización es lo mismo que una máscara que oculta al actor-individuo. Resguardado por ella. Puede revelar los detalles más íntimos y picantes de su espíritu”. (Stanislavsky,1997:213)

El complejo simbolismo de las máscaras es inagotable. Bastaría con recordar que manifestaciones como la parodia, la caricatura, la mueca, los melindres y las monerías son derivados de la máscara. Lo grotesco se manifiesta en su verdadera esencia a través de las máscaras.
(Bajtin, 1994:42)

A su vez la palabra máscara se define como figura que representa un rostro humano, de animal o puramente imaginario, con la que una persona puede cubrirse la cara para no ser reconocida, tomar el aspecto de otra o practicar ciertas actividades escénicas o rituales. En su etimología esta viene del italiano maschera, y este del árabe masẖarah, objeto de risa.
Pero la máscara no aparece en la historia con el teatro, y hasta va más allá de su origen ritual o religioso, sino más bien por una necesidad vital: la de comer. El hombre primitivo utilizó las primeras máscaras para poder cazar. Pero luego, encontró una magia en las máscaras de los animales.

El hombre primitivo de la Edad de Piedra, disfrazado con la piel y la cornamenta de un ciervo y asomándole los dedos de la manos y los pies. Formaba parte de una danza destinada a atraer o a incrementar la caza y aparece dibujado en la pared de una cueva en el sur de Francia (de un bosquejo de Abbé Breuil). (Macgowan, 1699:2) 
     
    
    imagen 2 
 pictograma cuevas de Altamira


Una pregunta que deriva de esto es, ¿estas manifestaciones eran o no teatro? Porque de ser así se convertiría el teatro en la más antigua de las artes.
Pero no fue ese el único uso que le dio, ya que pasó a ser algo más que un instrumento para la caza. Pasó a ser un elemento fundamental de dos creencias religiosas: el animismo y el totemismo. Es decir, que por un lado creían que todo lo que los rodeaba tenía un espíritu, alma o ánima. Y la máscara se convirtió en una especie de fetiche animado, mediante el cual el hombre podía dominar a los espíritus y ejercer una magia poderosa. Por otro lado, algunas tribus adoptaban un tótem, que solía ser un animal, y rendían culto a él con unas grandes, máscaras para que cuiden de ellos.
Los egipcios utilizaban también máscaras para sus celebraciones religiosas. El ejemplo más conocido es el de la representación de la muerte y resurrección de Osiris.
En el Teatro Griego aparece la máscara en un principio más neutra, sin expresión, y luego en la época helenística esto cambia. “En la tragedia, la máscara es patética hasta la exageración de rasgos desmesuradamente convulsos; y otros rasgos se clasifican, sobre todo en la comedia, según tipos…
son las máscaras de carácter”. (Barthes, 1992:87)
La máscara les permitía en la representación que los actores que eran hombres pudieran representar cualquier papel, ya sea mujeres, animales, dioses.

Imagen 3 Tótem, isla de pascua


ACTIVIDAD 

- Leer el texto y  responder la pregunta que se hace en él.
- Ampliar el concepto de tótem, y diseñar uno en 1/8 de cartulina o cartón paja  




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